ABC de las MICROFABULAS






ABC  de las  MICROFÁBULAS



Muestra virtual 

a realizarse en el


CENTRO CULTURAL ROBERTO FONTANARROSA

De ROSARIO



organizada por el


MIG - MUSEO de la ILUSTRACION GRAFICA

De BUENOS AIRES



Curaduría :  Hugo Maradei y Gonzalo Cadenas

Imágenes y Videos :  Nicolás de Brun



A partir del 27 de octubre de 2022




PRESENTACION


Luisa Valenzuela decide dar vida a 29 microfábulas, una por cada letra del alfabeto, acompañado con ilustraciones de Lorenzo "Lolo" Amengual.

En un nuevo libro, la escritora y el ilustrador experimentan con el idioma  español y la tinta china, y logran crear 29 pequeños textos que juegan con cada letra del abecedario

El reto era construir estas fábulas, excepto artículos y preposiciones, con palabras que comenzaran con la letra elegida. Así, la correspondiente a la “R” empieza con la frase Redondos rinocerontes resoplan y resuellan en los ríos de Ruanda; y la de la “V” reza: Vacunos varios, variopintos y voluntariosos, vacían las vasijas de vidrio con verdadero valor”.

De esta forma, “habitando a sus anchas el idioma español”, imaginándolo, hurgándolo, la narradora que nació en Buenos Aires en 1938 confeccionó el libro ABC de las microfábulas (Fondo de Cultura Económica), con ilustraciones del también argentino Lorenzo Amengual (1939).

Sobre cómo innovar en un género tan antiguo, la novelista y cuentista asegura que “hay formas y formas. Yo me atuve al abecedario. Te cuento que tengo un ABC de las minimicrofábulas, de una sola línea y una sola vocal”.

Reconoce que, para armar la fábula con una letra del alfabeto, no sólo enfrentó dificultades, sino alegría. “Ambas estuvieron unidas. Cada hallazgo es una celebración. Y se van produciendo con espontaneidad a medida que ponemos en marcha ese motor, o más bien ese programa mental”.

La también ensayista y periodista aclara que utilizar palabras que comiencen con la misma letra para dar vida a una historia no representó para ella una limitante, un corsé. “Al contrario. Ésa es la gracia de las limitaciones en la escritura. Te abren a descubrimientos impensados”.

Respecto a qué letras le costaron más trabajo, la autora de las novelas Hay que sonreír (1966) y Realidad nacional desde la cama (1990), dice que “es obvio que la ‘U’ complica las cosas; y la ‘X’ trae otros misterios, palabras y nombres que se escriben con ‘X’ pero pueden pronunciarse como ‘J’ ó ‘Sh’: Xavier, xavantes”.

Y sobre su experiencia con la  combinación CH, a la que se considera una letra muy mexicana, quien ha vivido largas temporadas en París, Barcelona, Nueva York y México, añade que no tuvo problema alguno. “Pero fue la historia en sí misma, entre el chancho argentino y el chapulín mexica, escrita en tiempos cuando ustedes sufrían el flagelo de la gripe porcina, la que costó un poco de trabajo”.

En fin, Luisa Valenzuela, tras haber explorado la palabra escrita durante más de 60 años, confiesa que hizo de las suyas con el lenguaje. “Oh sí, me temo que de otra forma no habría podido armar este juego que, al finalizar cada microhistoria, me dejaba pasmada por su coherencia”.

Finalmente, la autora de El gato eficaz y Cuidado con el tigre califica de “extraordinarias” las ilustraciones que hizo Amengual para este título en pasta dura de 75 páginas. “No fue un trabajo conjunto propiamente dicho. Lolo se llevó la primera versión de mis textos y los fue elaborando y profundizando con el tiempo. Si hasta aportó en varios de sus dibujos una lectura política que yo no había pensado”.

Reto Creativo

El artista gráfico Lorenzo Amengual, Lolo, confeccionó en tinta china 30 ilustraciones, 29 para cada microfábula que recrea una respectiva letra del alfabeto y una para la portada. “Estos dibujos me representan. Soy un gráfico, adicto a la tinta china, vengo del grabado y de la imprenta”.

Para el arquitecto, una fábula es “una estructura tradicional de relato, una retórica específica con reglas que deben respetarse; cuyos actores, generalmente animales humanizados, sorprenden al lector con un ejemplo o consejo que asombra o aporta un destello de sabiduría: la moraleja”.

Lo notable de Valenzuela, señala el diseñador que ha vivido y trabajado en Nueva York, Milán, Berlín y Madrid, “es que, sin apartarse del canon, en este libro innova el género con su escritura particular”. 

Dice que aceptó encantado ilustrar este volumen, porque “me fascinan desde siempre los ‘juegos de palabras’, pues muestran la maleabilidad de esa materia viva que es el lenguaje y su poder evocador. Es la ‘gimnasia’ con la cual desarrollamos nuestro seso. Dicen que por hablar somos menos animales”.

El humorista admite que no fue fácil crear un lenguaje gráfico paralelo a los textos de Valenzuela“Fue un reto creativo contar estas historias. Me propuse algunas restricciones para las ilustraciones. Ya que algunos textos son construcciones complejas, decidí representar a los protagonistas de manera descriptiva realista. Hice gran cantidad de pruebas y bocetos, hasta encontrar el dibujo apropiado”.

Sobre la experiencia de trabajar con la narradora, comentó que tuvo una gran ventaja. “Luisa y yo somos amigos desde hace tiempo. Ambos creemos y confiamos en la creatividad del otro. Conversamos mucho, pero no acordamos nada. El resultado gráfico surgió solo”, concluye.

El tiraje de ABC de las microfábulas fue de cuatro mil 300 ejemplares.


Virginia Bautista, para el diario Excelsior (México), 20 de febrero de 2019



UN DIÁLOGO

Toda  fábula es un mundo, acotado en este caso por exigencias del seminuevo y vibrante género, la minificción. Un micromundo, en realidad, que en este caso aparece enriquecido hasta el paroxismo (para usar un término de Lewis Carroll) gracias a los geniales dibujos de Lorenzo (Lolo) Amengual que trascienden el concepto de mera ilustración y nos guían por inesperados caminos de comprensión, sorpresa y juego. 


Luisa Valenzuela 



























































GLOSARIO 

VER AQUI








Video del libro

Pablo Méndez






Presentación del libro en

Galería Jorge Mara La Ruche (2011)

Pablo Méndez









Biografía
Luisa Valenzuela

Luisa Valenzuela nació en Buenos Aires, Argentina, un 26 de noviembre. Residió varios años en París y Nueva York, con largas estancias en Barcelona y México. Durante su dilatada carrera, que abarca ya cincuenta años de ininterrumpida dedicación a la literatura, ha publicado más de 30 libros, entre novelas, volúmenes de cuentos, microrrelatos y ensayos.

Su obra fue editada en más de 17 países de América, Europa, Asia y Oceanía, y traducida al inglés, francés, alemán, holandés, italiano, portugués, serbio, coreano, japonés y árabe. Su particular abordaje de temas y motivos relacionados con el poder, el cuerpo, el humor y el lenguaje la han convertido en objeto de estudio en universidades de todo el mundo.

Acreedora de las becas Fondo Nacional de las Artes, Fulbright (Programa Internacional de Escritores en Iowa City) y Guggenheim, entre otras, Luisa ha desarrollado una gran tarea como docente, dictando cursos y talleres, sobre todo en Universidades de Estados Unidos y México. Su actividad académica se completa con membresías en destacadas instituciones, entre otras: el New York Institute for the Humanities, la Cátedra Alfonso Reyes del Tecnológico de Monterrey y la American Academy of Arts and Sciences.

Durante diez años fue redactora del Suplemento Gráfico del diario La Nación y su notoria labor la hizo merecedora en 1965 del Premio Nacional Kraft. Posteriormente, trabajó durante mucho tiempo en la revista Crisis, y fue columnista y colaboradora de muy diversas revistas y periódicos de la Argentina y Estados Unidos.

A lo largo de su carrera ha recibido distinciones de diversa índole, entre las que se destacan el Gran Premio de Honor de la SADE, el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Knox (Illinois) y de la Universidad Nacional de San Martín (Provincia de Buenos Aires), la Medalla Machado de Assis de la Academia Brasilera de Letras, el premio Astralba de la Universidad de Puerto Rico y el premio Esteban Echeverría de la Asociación Gente de Letras. En el año 2017 tuvo además el privilegio de ser designada para dar el discurso de apertura de la 43ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Debido a su amplia trayectoria, ella misma ha integrado el jurado de importantes galardones internacionales, tales como el Premio Casa de las Américas de La Habana, el IMPAC de Dublín, el New York State Council for the Arts, y el Literario de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.

Su profundo compromiso social la llevó a ser nombrada Fellow del Fund for Free Expression y del Freedom to Write Commitee del PEN American Center, cuya sede en Argentina preside desde el año 2015.

Viajera empedernida, suele dictar conferencias y lecturas en congresos y ferias del libro alrededor del mundo. Numerosos encuentros literarios fueron incluso dedicados por entero a su obra, como el encuentro “Luisa Valenzuela: a symposium” (Universidad de La Trobe, Sydney 1990), la prestigiosa Puterbaugh Conference (Universidad de Oklahoma, 1995), la Semana de Autor de Casa de las Américas (La Habana, 2001), la jornadas “Aproximaciones a la obra de Luisa Valenzuela” (Universidad de Viena, 2008), el coloquio literario de la Feria del Libro de Monterrey (México, 2009) y las jornadas “Luisa Valenzuela, el vértigo de la escritura” (Buenos Aires 2015).

Desde 1989 radica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde fue declarada Personalidad Distinguida de las Letras y Ciudadana Ilustre.





Premio Carlos Fuentes - México 2019

Secretaría de Cultura de México


Ver más en
www.luisavalenzuela.com













Confesión curricular
Lorenzo Amengual

Nací hace mucho en Córdoba.
En los años 70, fui reconocido como humorista gráfico de cierto renombre. Se me acabó el humor en los 80. Sofocado el chistoso, logré que sobreviviera el dibujante, disimulado tras el diseñador gráfico y el hacedor de libros.

No voy a misa, pero soy de comunión diaria en los museos y puedo dar fe de la verdad que encierra el refrán que sostiene: “quién bien mastica lo que ve, algo termina aprendiendo”. Para opinar sobre el dibujo, tras seis años de cavar en lo duro, logré desenterrar la obra del dibujante Alejandro Sirio y después no pude parar; ni de escribir, mi nueva vocación, ni de dibujar, mi antiguo oficio.

Doy la razón a Paúl Valery cuando afirma “Los mejores ejercicios para la inteligencia son tres: hacer versos, cultivar las matemáticas o dibujar” y a Goya cuando, escribe “aún aprendo” sobre su último autorretrato, donde se ha representado como un hombre de larga barba, muy viejo, sostenido bastones.

Tales afirmaciones no prueban que todos los dibujantes seamos inteligentes, ni que todos los viejos podamos aprender, pero marcan opciones que pueden dar sentido a la vida.


Ver más en
www.lorenzoamengual.com.ar














































































































































Comentarios

  1. Excelente la muestra virtual ,tanto por la inteligente, talentosa e ingeniosa forma de relatar las microfábulas por Luisa Valenzuela como por el diseño con que Amengual les dió vida.Felicitaciones !!!

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