GRANDES ILUSTRADORES de CARAS y CARETAS
Grandes Ilustradores de Caras y Caretas
en el Museo Casa Natal de Fray Mocho
La muestra pertenece al “Museo de la Ilustración Gráfica”, de Buenos Aires y se podrá visitar de miércoles a domingos de 9:00 a 12:00 y de miércoles a sábados de 15:30 a 18:30, con entrada libre y gratuita.
En la Sala de Exposiciones Temporarias del Museo “Casa Natal de Fray Mocho” se podrá visitar la muestra “Grandes Ilustradores de Caras y Caretas”, la cual reúne obras de destacados artistas de los siglos XIX y XX, que publicaron sus caricaturas en esa prestigiosa revista.
A su vez, semanalmente por las redes sociales del Museo, se irán compartiendo fragmentos de este valioso material.
Acerca del “Museo de la Ilustración Gráfica” (MIG)
Abarca las áreas del Humor Gráfico, la Historieta, la Ilustración y la Animación. Entre sus objetivos es integrar la rica historia y el reconocimiento mundial que consiguieron los artistas del humor político, junto a los medios gráficos que les posibilitaron ese espacio de expresión. Y a su vez, se proyecta como un ámbito de difusión para aquellos artistas contemporáneos y las nuevas generaciones que vendrán.
El museo cuenta con más de diez mil obras originales de los más prestigiosos artistas desde el Siglo XIX hasta nuestros días, junto a una biblioteca, una hemeroteca y una videoteca.
Actualmente el MIG se encuentra trabajando en la digitalización, restauración y puesta en valor, utilizando los medios técnicos necesarios para ello, de todo el patrimonio artístico que posee, con la finalidad de lograr un mayor alcance para quienes visiten el museo, y generar muestras itinerantes -como la que se puede visitar en nuestra ciudad-, junto al resto del país y el extranjero. También se realizan muestras virtuales.
En el siguiente listado figuran los artistas que se pueden apreciar en la muestra:
Aurelio Giménez ; Enrique Requena Escalada; E.Riveron; Norberto Berdia, Luis Bello, Lino Palacio, Juan Carlos Alonso; Manuel Redondo; Arístides Rechain, Fernando Fresno, Alejandro Sirio, Ferran, José María Cao Luaces, Víctor Valdivia, Gaspar Besares Soraire; Faber; Luis Macaya; Victor Poggi y Ramón Caballé.
Acerca de la “Caricatura Política del Siglo XIX”
La caricatura política ha sido, históricamente, un instrumento utilizado para la crítica satírica. En algunas ocasiones su marca era la sutileza; en otras, la agresividad política se combinaba con el humor. Pero, efectivamente, la caricaturización de personalidades políticas se fue convirtiendo en una de las formas, a partir de las cuales la prensa se acercaba al lector, tratando de provocar una reacción.
Y así, se fue transformando en el signo de algunas de las publicaciones periódicas argentinas más reconocidas de la segunda mitad del siglo XIX y de comienzos del XX que, a partir del uso del humor gráfico plantearon su visión de la realidad política, social y económica del país. En este sentido, publicaciones periódicas como “Don Quijote” (cuyo primer ejemplar se publicó el 10 de agosto de 1884), “El Mosquito” (que vio la luz el domingo 24 de mayo de 1863) o la clásica revista aparecida en el año 1898: “Caras y Caretas”, cuyo fundador fue José S. Álvarez, más conocido como Fray Mocho; y la revista “Fray Mocho” (cuyo primer ejemplar vio la luz el 3 de mayo de 1912) han marcado un estilo y una tradición en la caricatura política argentina. Y esto se debe a la calidad de sus humoristas gráficos.
Curaduría : Hugo Maradei y Gonzalo Cadenas
Imágenes y Videos : Nicolás de Brun
Obras de la Colección MIG
PRESENTACIONES
Consideramos un gran honor participar en la inauguración de este nuevo espacio cultural: el Museo Casa Natal de Fray Mocho en la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos, que recuerda a este importante escritor de principios del siglo XX y que a su vez fue uno de los creadores de la decana de las revistas argentinas, como lo es la revista Caras y Caretas.
Este semanario ve la luz el 8 de octubre de 1898, siendo definido por sus creadores como 'festivo, literario, artístico y de actualidad'. En su primera etapa, mantiene una vigencia de 40 años. Por él desfilan, ya sea como integrantes del staff permanente o como figuras invitadas, muchas de las firmas más relevantes de la época. Este hecho es avalado por la obtención por parte de algunas de ellas, de los máximos galardones en los Salones Nacionales de Artes Plásticas.
MUSEO de la ILUSTRACION GRAFICA
ILUSTRADORES de CARAS Y CARETAS
Estas ilustraciones de grandes dibujantes de Caras y Caretas nos permiten ver un momento excepcional de la historia de la industria gráfica en
Las palabras buscan las imágenes y estas no dejan de reclamar esa comunión que a veces ellas suplican y muchas veces aborrecen. Por eso, ni siquiera en la cinematografía más reflexiva se logra la fusión última y no residual entre texto e imágenes.
Eran imágenes con palabras, que en la candorosa intención de explicar los conflictos y tragedias de la realidad histórica, revelaban hasta que punto la imaginación ilustradora ahondaba los grandes temas del ensayo y la crítica social de una manera que hoy nos parece deliciosa y al mismo tiempo absolutamente actual.
Los DIBUJANTES del ARMARIO
En la casa de mis abuelos y en la cual yo había vivido con mis padres hasta los 5 años (después nos mudamos a una casa propia), había un cuarto, el último de una típica casa chorizo, que era el más interesante para mí. Allí, mi tía Mercedes hacía su trabajo para la Casa Grimoldi, famosa fábrica de calzado de aquellos tiempos, pero además se encontraban, cuidadosamente apiladas en un armario, el máximo tesoro de esa vieja casa.
Hablo de la colección de la revista "Caras y Caretas" que había pertenecido a mi abuelo y que ellas, mis tías, atesoraban como herencia o recuerdo de ese viejo atorrante que fue mi abuelo paterno.
Cuando descubrí las ilustraciones de "Caras y Caretas", el mundo cambió para mí. Después de mudarnos, siempre hacia una visita a la casa vieja, Estaba a sólo una cuadra, concretamente al cuarto de tía Mercedes para mirar cuidadosamente las antiguas revistas una y otra vez. Pasaba horas enteras antes o después de la escuela estudiando esas escenas costumbristas de Buenos Aires, esos generales de la primera guerra mundial, esas caricaturas hechas aparentemente sin esfuerzo y con tanta maestría.
"¿Adonde vas?"- preguntaba mamá cuando salía de casa. "A mirar a los dibujantes del armario"- contestaba yo harto de decirle siempre lo mismo. Años después, mis tías se apiadaron y me las regalaron. Antes de cumplir los diez, ya podía reconocer sin problema alguno, con tan sólo darle una ligera mirada, al autor de tal o cual ilustración. Me había convertido en un experto porque una de mis mayores preocupaciones había sido reconocer y memorizar las firmas de los autores, esos tipos prodigiosos que habían podido concebir semejantes maravillas.
Pero, ¿de dónde habían salido semejantes artistas? Por gracia de quien se habían juntado todos allí? Bueno, ése era el mérito de "Caras y Caretas", ser una revista ilustrada. Algo que ya no tenemos. Porque a pesar de que también contenía fotografías, y en gran cantidad, las estrellas eran los ilustradores, esos grandes artistas cuya conexión con el arte de los pintores de galería nunca fue tan evidente como en ése momento, y que además podían travestirse de caricaturistas o humoristas sin que se resintiera en ningún momento la solidez del dibujo, la elegancia del estilo o la frescura del color.
Jamás el arte de la pintura fue tan democrático como en ése momento, por compartir con un público general materiales de complejidad estética superior, como nunca antes había ocurrido y como no volvió a ocurrir después.
Muchos años después y habiendo incorporado a mi experiencia visual a centenares de ilustradores, humoristas, historietistas y caricaturistas a través de miles de publicaciones, y tras haber recorrido el mundo de la plástica con la guía de la academia de bellas artes, siempre vuelvo a las páginas reveladoras de "Caras y Caretas", buscando en los maestros mencionados la solución a mis problemas estéticos.
Supongo que es algo parecido a lo que otros hacen con la Biblia, tratando de resolver el misterio divino. Estos artistas, junto a otros dedicados a la gráfica, aún esperan reconocimiento. Ya es hora que salgan del armario para que los ilumine la luz del día.
Nació en Gualeguaychú,
Provincia de Entre Ríos, el 26 de agosto de 1858, y estudio en el prestigioso Colegio
Nacional de Concepción del Uruguay, de la misma provincia, localidad donde se
inició como periodista.
En 1879 se
radicó en Buenos Aires donde adoptó el seudónimo de Fray Mocho y editó su primera
obra en 1885: “Esmeraldas, cuentos mundanos”.
Trabajó en
la policía recién creada en la Capital Federal, donde en 1886 ocupó el
puesto de Comisario de Pesquisas. Esa experiencia, que le permitió observar los
tipos del hampa porteña, lo lleva en 1887 a publicar la "Galería de
ladrones de la Capital", un álbum de fotografías con los retratos de los
personajes de la mala vida de Buenos Aires y “Vida de los ladrones célebres y
sus maneras de robar”. En su única novela, Memorias de un vigilante (1897), elogió a la institución
policial.
Luego publicó
las descripciones regionalistas “Un
viaje al país de los matreros” en 1897 y “En el mar austral; Croquis fueguinos” en 1898, esta
última escrita sin conocimiento directo de la región.
Escribió en
periódicos como El Nacional, La
Pampa, La Patria Argentina
y La Razón; y también en revistas como Fray Gerundio (de corta vida), El Ateneo y La Colmena Artística.
En 1898
fundó la revista Caras y Caretas,
que dirigió durante los cinco años siguientes y en la cual popularizó sus
semblanzas festivas, firmadas como Fray Mocho. La publicación
tuvo enorme popularidad en Argentina durante las primeras décadas del siglo XX.
Estas
producciones fueron compiladas póstumamente en Cuentos de Fray Mocho (1906), que se reeditaron en muchas
ocasiones, y Fray Mocho
desconocido (1979), que reúne la totalidad de los cuentos y las
viñetas aparecidos en la revista.
Su deceso
se produjo el 23 de agosto de 1903, tres días antes de cumplir cuarenta y
cinco años.
Sus últimas
palabras fueron: “Muero peleando”. Caras y Caretas lo sobrevivió hasta 1941.
El Museo Casa
Natal de Fray Mocho, no solo es parte del patrimonio material e inmaterial de
la ciudad, sino que también forma parte, desde el año 2000, de los Monumentos
Históricos Nacionales.
La materialidad y
la historia, y el sentido de pertenencia que tienen los gualeguaychuenses sobre
esta casa, proyecta la toma de conciencia, la participación en la construcción
y el fortalecimiento de nuestra identidad.
La propuesta de
un museo en ella, se inscribe dentro de los parámetros de preservación y
difusión del Patrimonio arquitectónico, documental, artístico y cultural de la
ciudad, donde se ponen en valor los rasgos biográficos más significativos de su
célebre habitante, el contexto histórico local, regional y nacional, que fueron
configurando a la sociedad de ese momento. Así como también, aspectos más
recientes vinculados a la recuperación patrimonial del edificio y la relación
con los espacios de la sociedad actual.
Estamos ante un relato corto del escritor santafesino Mateo Booz, autor de obras como Los regalos de Fred Devores, Los inundados, La casa solariega, Bar de marinero, Patria de infieles y El pequeño mundo de Nabor Camacho.
Como se trata de un relato cómico, nada mejor para ilustrarlo que Lino Palacio (1903-1984), que comienza a publicar en el diario La Razón pero en la década del 20´ además lo hace en Caras y Caretas, Don Goyo y los diarios La Prensa, El Diario y La Opinión.
Posteriormente se convierte en uno de los más importantes referentes del humor gráfico argentino, ya que resulta ser el creador de grandes personajes como Avivato, Don Fulgencio, Ramona y otros y autor durante más de 30 años de las tapas de la Revista Billiken.
Su fama nacional se convirtió en internacional cuando al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, en 1939, utilizando el seudónimo de Flax en el diario La Razón, realizó una de las crónicas más objetivas y completas, realizando caricaturas que tenían como base la situación bélica. Flax, que en inglés y alemán quiere decir ‘lino’, sonaba en esa época como toda una declaración de equidistancia política.
Más adelante conservaría el seudónimo de Flax para firmar sus caricaturas referidas a la situación política argentina que aparecían en diferentes medios.
En el año 1928 se celebraron en Argentina elecciones presidenciales, que fueron ganadas ampliamente por el porteño Hipólito Yrigoyen (1852-1933), representando al partido radical, que se enfrentó con una escisión del mismo denominada “antipersonalista”, representada por la fórmula integrada por el entrerriano Leopoldo Melo (1869-1951) y el tucumano Vicente Gallo (1873-1942).
Las caricaturas expuestas son obra del boliviano Victor Valdivia (1897-1967) que a raíz de una beca concedida por el gobierno de su país viene a estudiar en la Academia de Bellas Artes, siendo uno de sus profesores Pío Collivadino. Se dedicó al periodismo y la ilustración llegando a ser Jefe de Dibujantes de Caras y Caretas. En 1968 retorna a Bolivia dedicándose a la pintura.
Faber. Canaro, mal de amores.
Tinta china. 25 x 33 cm. Revista Caras y Caretas (c. 1937)
Francisco Canaro (1888-1964) fue un destacado y exitoso compositor y director de orquesta de tango, conocido popularmente como Pirincho.
En 1929 incorpora a su orquesta a la cantante y actriz Ada Falcón (1905-2002), poseedora de una gran belleza, y con la cual al poco tiempo comienza un turbulento romance, ya que Canaro estaba casado, y a eso se refiere la viñeta.
Alrededor de 1930 compone para ella el tango "Yo no se que me han hecho tus ojos", inspirado en sus famosos ojos verdes. El romance clandestino dura alrededor de 10 años y años despues la actriz se retira a un convento en la provincia de Córdoba hasta su muerte.
En el año 2019 se estrena una obra musical titulada "La Falcón", sobre su interesante y misteriosa vida, que incluyó como uno de sus pretendientes al Marajá de Kapurtala, que le obsequió un deslumbrante anillo de diamantes.
Alejandro Sirio(1890-1953) fue un caricaturista, dibujante e ilustrador español que desarrolló su obra principalmente en Argentina, aunque también colaboró en periódicos y revistas españolas.
La primera, Viruta y Chicharrón (1912), relataba las aventuras de dos compañeros, Viruta (el gordo), era un fortachón con pocas luces y Chicharrón (el flaco), que tenía viveza y algo más de inteligencia que Viruta; sus aventuras siempre terminaban en un fracaso. Se estima que se trataba de la versión en español de “Spareribs and Gravy”, tira de George McManus en Estados Unidos
La segunda, Goyo Sarrasqueta (1913), se la considera el primer personaje de la historieta argentina, representaba a un inmigrante español, sus miserias y su búsqueda por encontrar un lugar en la sociedad.
Mucho más acá en la historia, en las últimas décadas del siglo XIX, los trabajadores anarquistas y socialistas recorrían los barrios pidiendo una paga extra, algo que también solían recibir los dependientes de los comercios que tenían buen desempeño. Hasta aquí, todo informal y voluntario.
El primer pago oficial de un aguinaldo en la Argentina data de 1910. Fue Manuel Güiraldes, intendente porteño quien abonó un sueldo extra llamado “Aguinaldo del Centenario”, como parte de las fiestas por los primeros cien años de la patria.
Quien lo convirtió en ley (provincial) por primera vez fue el gobierno de Jujuy, a cargo de Benjamín Villafañe, de origen radical, en 1924. Pero no era para todos los trabajadores, sino para el personal de servicio y ordenanzas públicos. Se trató de la Ley N° 619 y constaba de “medio mes de sueldo”.
Finalmente el gobierno militar presidido por Edelmiro J. Farrell, crea el aguinaldo para todos los trabajadores argentinos a través el Decreto N° 33.302 el 20 de diciembre de 1945. En ese entonces Juan Domingo Perón, por aquel entonces Coronel, fundó el Instituto Nacional de Remuneraciones, que, entre otras tareas, debía fijar el salario mínimo e implementar el Sueldo Anual Complementario o Aguinaldo, cuando todavía era vicepresidente de Farrell.
Las organizaciones patronales resistieron abiertamente la medida. Al finalizar diciembre de 1945 ninguna empresa había pagado el aguinaldo. La CGT declaró entonces una huelga general, que fue respondida por el sector empresario con un lock-out en las grandes tiendas comerciales por 3 días.
La Unión Democrática, incluyendo contradictoriamente a los partidos de tendencia izquierdista que la integraban (Socialista y Comunista), apoyó en el conflicto al sector patronal criticando el aguinaldo. Incluso hasta el ilustre Jorge Luis Borges se burlaba públicamente del mismo aludiendo que desde ahora el año tenía 13 meses.
Sin embargo pocos días después fue el propio sector empresario el que llegó a un acuerdo con los sindicatos y decidió aceptar el aguinaldo, aunque pagándolo en dos cuotas.
Ya en 1946, durante la primer presidencia de Perón, y en democracia, el Congreso de la Nación aprueba el aguinaldo convirtiéndolo en la Ley 12.921, el 20 de diciembre de 1946, aunque posteriormente, a pedido reiterado de los empleadores, se dividió en dos pagos anuales por Ley Nº17.620/68.
El aguinaldo en 1950
Sucesos Argentinos / Francisco Bessone
Carlos Warnes (1905-1985), más conocido por su seudónimo César Bruto fue un notable escritor, poeta, humorista y periodista argentino.
Conrado Nalé Roxlo (1898-1971) le dio su primera oportunidad en el periodismo, sumándolo al diario Crítica. Tras varios años de experiencia, el humor fue ganando espacio definitivo en su escritura y a partir de los años treinta fue colaborador y director de algunas de las publicaciones más leídas de la Argentina: Caras y Caretas, Aquí está, Cascabel, Clarín, El Mundo, Leoplán, Mundo Argentino, Patoruzú, Rico Tipo, Satiricón, Vea y Lea y otras.
En Cascabel publica por primera vez el personaje que lo llevará a la fama: César Bruto, que desde el primer número, fue ilustrado por Oski (Oscar Conti, 1914-1979), con el que continúa colaborando por muchos años.
A partir de 1945 también publica en la revista Rico Tipo bajo el seudónimo de Napoleón Verdadero, como en este relato de Caras y Caretas, con un supuesto diálogo entre Einstein, Strauss y Freud.
José María Cao. Partida del Presidente del "Cenáculo"
Tinta china. 30 x 25 cm. Rev. Caras y Caretas N° 209 (Tapa-1902)
Norberto Quirno Costa (1844 – 1915) fue periodista, abogado, diplomático, Ministro del Interior, Ministro de Relaciones Exteriores y Vicepresidente de Julio A. Roca en su segunda presidencia, en el período 1898-1904.
Como diplomático fue
uno de los signatarios por la parte argentina de los diversos tratados de
límites que concretó el estado argentino con los estados vecinos,
principalmente el de 1889 con Bolivia y el de 1893 con Chile.
Como Vicepresidente le tocó presidir el Senado de la Nación, y a una de sus
vivencias como tal se refiere la viñeta expuesta, que corresponde al año 1902.
Ramón Caballé nació el 6 de octubre de 1910 en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires y falleció en la ciudad de Buenos Aires el 4 de noviembre de 1966. Estuvo casado con la hermana del ilustrador y pintor español Juan Carlos Alonso.
Dibujante y caricaturista, estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes. En 1926 ingresó a la Revista Caras y Caretas siendo colaborador hasta su cierre.
No se le conoce actuación en otros medios más allá de la ilustración de tapas de libros donde desplegó un sentido futurista, que era una de sus especialidades, por el profundo sentido de la gráfica que tenía toda su obra.
Sus caricaturas plasmaron con ironía y
humor, personajes y escenas destacadas de la política y hechos descollantes de
la vida de esa época.
Fernando Fresno. Pepe Arias y Luis César Amadori.
Tinta china. 25 x 30 cm. Rev. Caras y Caretas N° 2008 (1937).
Fernando Fresno (1881-1949) fue un caricaturista y actor español
Después de estudiar Farmacia en la Universidad de Madrid, a partir de
1912 se enfocó en los escenarios de teatro, realizando varias actuaciones que
lo llevaron a su más destacada profesión: la de caricaturista especializado en la caricatura social y del
espectáculo.
En España
colaboró con importantes publicaciones como Blanco y Negro y el Diario ABC.
Durante la
Guerra Civil Española residió en Argentina y a su regreso a España fue condecorado
con la Cruz de Alfonso X el Sabio.
La viñeta expuesta corresponde a la página de Caras y Caretas "Notas: Veraneantes conocidos", en la cual se podían ver fotos y caricaturas de los veraneantes de Mar del Plata más destacados.
En este caso los retratados son el capo-cómico Pepe Arias (1900-1967) y el director teatral y cinematográfico Luis César Amadori (1902-1977), que tuvieron varias colaboraciones en conjunto. Justamente en el 1937 se estrenó el film "El pobre Pérez", realizado por ambos.
A continuación los invitamos a ver una recordada actuación del actor en la película "Mercado de Abasto" donde se refiere a un tema de siempre actualidad: los impuestos.
Juan Carlos Alonso. Por el Congreso.
Tinta China. 27 x 25 cm. Rev. Caras y Caretas N° 348 (1905)
Roca se encuentra en un triciclo empujado por su histórico edecán el coronel Artemio Gramajo, que acompañó a Roca desde que este fue nombrado Ministro de Guerra en 1877.
Gramajo era un hombre notoriamente obeso y muy adicto a la comida y a la cocina. En un campamento de algunas de las Campañas en que participó, inventó el revuelto de huevos, papas y jamón o tocino, que sería conocido como Revuelto Gramajo y se sigue degustando hasta nuestros días.
Como siempre, es una excelente selección de obras e información. Muchas gracias por compartir.
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