Periódico Satírico DON QUIJOTE (1884-1905)
Litografías originales del
Periódico Don Quijote
de la Colección MIG
Basada en la Muestra Presencial
que se realiza en la:
UNLAM - UNIVERSIDAD NACIONAL de LA MATANZA
Entre el 12 de mayo y el 9 de junio de 2022
PATIO de ARTES PLÁSTICAS SIGLO XX
Espacio de Arte Benito Quinquela Martín
Departamento Socioculturales y
Actividades Extracurriculares.
Director: Lic. Roberto Acuña
Curadora: Viviana Oriola
Imágenes: Gonzalo Cadenas y Nicolás de Brun
Textos: Julio Neveleff y Hugo Maradei
Eduardo Sojo nació en Madrid, España, en 1849. Poseedor de un talento innato y practicamente autodidacta, comenzó a publicar en su adolescencia. Activo militante, también luchó con las armas en defensa de sus ideas políticas, debiendo afrontar en su juventud más de 100 procesos en su contra.
En 1870 fundó dos periódicos El Caos y El Noventa y Tres, luego dirigió El Cencerro y colaboró con Madrid Cómico. Por su radicalizada postura debió huir primero a Barcelona y luego a Valencia y Cartagena, donde funda El Cantón Murciano y El Pirata. Huye nuevamente a Málaga donde con unos alemanes aprende la ténica litográfica, fundamental para su futura carrera.
Hacia 1881 Sojo ya utilizaba el seudónimo que lo haría famoso: Demócrito y publicaba en las antimonarquicas El Motín y El Buñuelo. En La Broma, periódico dirigido por Eloy Perillán Buxo, conoció a quien sería uno de sus principales colaboradores y amigo Manuel Mayol, que utilizaba el seudónimo de Heráclito. Según la historiadora Laura Malosetti Costa es probable que Perillán Buxo fuera quien impulso a ambos a emigrar a Buenos Aires a finales de 1883.
El primer número del periódico Don Quijote apareció en Buenos Aires el 16 de agosto de 1884. Los dibujantes eran el propio Sojo y Manuel Mayol; la redacción estaba a cargo del director y Manuel García
En 1891, en ocasión de un largo viaje de Sojo a España, asumió la dirección el dibujante José María Cao.
Los artistas firmaban con diferentes seudónimos: Demócrito (Sojo), Heráclito (Mayol), Sancho Panza y Demócrito II (Cao).
Por su oposición frontal y despiadada a los gobiernos de turno, el semanario fue clausurado en varias oportunidades y sus responsables procesados y encarcelados, sufriendo atentados contra su vida y un sinfín de hostigamientos
En Don Quijote se caricaturizó a los personajes de la política nacional. Entre muchos otros, ocupaban un lugar reiterado Marcos Juárez, Gobernador de Córdoba (un gaucho tosco de dientes afilados y ojos estrábicos), el Jefe de Policía Coronel Alberto Capdevila (con prominente mandíbula), el Jefe de Correos Ramón Cárcano (un mono) y el General y Senador Lucio V. Mansilla (siempre con frac y galera).
También lo hacia con los presidentes: Miguel Juárez Celman (un burro, por su origen cordobés), Carlos Pellegrini (una figura alargada y flaquísima, a veces representado como una jirafa), Luis Sáenz Peña (un pavo decrépito) y Julio Argentino Roca (un zorro).
Además de darles una apariencia animal, también se jugaba con sus apellidos: Juárez Celman era mencionado como Celemín; Mansilla era Manchilla, Majaderilla, Malaquilla, Mantequilla o Mandrililla; Pellegrini podía ser Pelegringo o Pelelegringo; y Capdevila, Capdevela o Cabo de Vela.
A los especímenes zoológicos ridiculizando a los políticos contemporáneos, Don Quijote oponía los próceres de la Independencia.
Y si aquellos eran caricaturizados hasta la deformidad, estos eran dibujados con respeto y fidelidad a sus rasgos, casi retratados. Así se establecía un panteón de prohombres encabezado por José de San Martín y en el que figuraban Manuel Belgrano, Bernardino Rivadavia, Guillermo Brown, Cornelio Saavedra, Santiago de Liniers, Mariano Moreno, Juan Lavalle y Juan Martín de Pueyrredón entre otros.
Otros personajes que se salvaban del filo del lápiz de Sojo eran los miembros del Partido Radical, encabezado por Leandro N. Alem, por entonces la más importante oposición políticamente organizada.
El 10 de mayo de 1886, cuando el Presidente Julio A.Roca debía inaugurar las sesiones parlamentarias en el Congreso, un individuo lanzó un adoquín contra su cabeza.
Superado el aturdimiento, a Roca le ataron un pañuelo, logrando detener la hemorragia. El Presidente insistió en continuar con la ceremonia y leyó su discurso con la cabeza vendada.
El periódico fue quien más provecho sacó del incidente: desde ese momento Roca, como zorro o ser humano, sería dibujado con el vendaje cruzándole la cabeza.
políticos relacionandolos con la Inquisición Española (1478-1834).
Al centro arriba vemos al Presidente Carlos Pellegrini,
vestido como un jockey (por su gran afición al turf),
quemando en la hoguera a la Patria al estilo Juana de Arco
y usando como combustible a la Constitución, Ordenanzas
Policiales, la Prensa Independiente y Leyes Federales
Daremos dos ejemplos de problemas que le causaron al periódico y a sus integrantes la publicación de sus provocativas caricaturas:
En octubre de 1886, aludiendo al traspaso de la Presidencia de la Nación de Julio A. Roca a Miguel Juárez Celman, Sojo ilustró una escena de violación colectiva de una joven mujer, representación de la República, por parte de los políticos de turno. El dibujo le costó varios días de carcel.
En 1888, se publicó una caricatura ilustrando la consagración del obispo de Córdoba enfrentada a un dibujo contra el matrimonio religioso y a favor divorcio. En represalia, la policía irrumpió en la redacción de la revista, deteniendo a los integrantes del equipo y secuestrando la piedra litográfica.
Como acto de protesta y denuncia, en el número siguiente, en vez de la habitual litografía apareció una doble página en blanco que contenía sólo los epígrafes de las ilustraciones ausentes.
El reclamo por la devolución de la piedra litográfica se reiteraría durante más de dos años. Al fin, con varias sentencias judiciales a favor de Sojo, la piedra apareció destrozada en 1891.
Un elemento recurrente en Don Quijote es la aparición de desnudos, a veces directamente exhibidos y otras levemente velados.
No debemos descartar que el éxito de la publicación se haya sustentado no sólo en su postura políticamente opositora, sino también en este tipo de dibujos de discreto erotismo, algunos delicadamente perversos.
Ubiquemonos en una época en la cual la fotografía no había llegado aún a la prensa masiva y en la que había, solamente en Buenos Aires, alrededor de un 35 % más de hombres que de mujeres. Aún disimulado entre la crítica política, el erotismo era un atractivo más de la publicación.
Don Quijote apoyó activamente la Revolución del Parque, organizada por el radicalismo, que estalló el 20 de julio de 1890 y provocó la caída de Juárez Celman.
Su influencia sobre la opinión pública fue tan poderosa que Alem afirmó: «La revolución de 1890 la hicieron las armas y las caricaturas».
En plena revuelta, el semanario no se publicó, pero el número siguiente al alzamiento tuvo una tirada de 61.000 ejemplares. Sojo hizo un llamado a comerciantes y empresarios para ayudar a los damnificados, y el 27 de agosto editó un ejemplar extraordinario cuya ganancia fue destinada a socorrer las víctimas de ambos bandos.
Por única vez, en sus páginas centrales reprodujo fotografías con los distintos escenarios del acontecimiento. Un día después, casi mil manifestantes se congregaron frente a la redacción aclamando a Sojo.
En 1891, Eduardo Sojo regresó a Madrid y fundó allí otro Don Quijote, idéntico al argentino, con la colaboración de importantes dibujantes y escritores españoles, como Pío Baroja, Jacinto Benavente, Vicente Blasco Ibánez, Rubén Darío, Antonio Machado y el político Francisco Pi y Margall.
El Don Quijote madrileño comenzó a publicarse en enero de 1892 y tuvo periodicidad semanal, se vendía también en Cuba y se editó durante varios años.
El Don Quijote madrileño tuvo gran importancia entre las publicaciones satíricas españolas de finales del siglo XIX, siendo censurado en diferentes oportunidades.
En ausencia de Sojo José María Cao se hace cargo de la Dirección del periódico, quien mientras que estuvo al frente de la publicación fue fiel al estilo y la mordacidad que la caracterizaban, sin apartarse de las líneas determinadas por Sojo.
Sin embargo de su mano maestra surgieron complejas escenas de conjunto de perfecta proporción y perspectiva, que enriquecieron el aspecto visual de la publicación, dándole una personalidad propia a sus trabajos.
Don Quijote, que en 1888 registraba una tirada de 15.000 ejemplares, subió a 30.000 y hacia 1893 se ubicaba en los 60.000, superando ampliamente a sus competidores, entre los cuales el principal era El Mosquito, dirigido por el francés Henri Stein.
Su éxito llevó a editar paralelamente Rigoleto, un semanario «satírico humorístico, ajeno a la política», y a partir de febrero de 1899 "La Mujer, Album artístico y literario", obviamente dirigido al público femenino.
En 1895, Don Quijote editó una treintena de números en colores y, a partir de 1898, una parte de las ediciones fueron impresas en color.
No obstante, la decadencia del periódico comenzó en 1898 con la aparición de la revista Caras y Caretas, ya que la litografía no podía competir técnicamente con el fotograbado, método que utilizaba la nueva publicación.
En 1903, Sojo decidió lanzar una versión renovada de su revista: Don Quijote Moderno, con otro formato e incorporando al dibujante español Manuel Redondo, que se editaría hasta 1905 con el lema: “Por un ojo tres, por un diente una quijada.”
¡¡Excelente la muestra !! Lamento no poder haber ido pero agradezco esta muestra virtual que me permite disfrutarla y verla varias veces ya que no tiene desperdicio, la conclusión que sacamos es que ,lamentablemente ,la historia argentina se repite y se repite...,y los argentinos no terminamos de aprender nunca ,cambiamos los apellidos y alguna circunstancias y es lo que estamos viviendo ahora. ¡Felicitaciones Hugo Maradei por haber rescatado del olvido a la revista o periódico Don Quijote y a todos los que hicieron posible esta muestra. !Me fascinó!!
ResponderEliminarMil gracias por compartir la muestra, excelente aún más diría Apoteótica. Y seguimos transitando por el mismo camino, sin rumbo ni esperanzas. Felicitaciones Hugo Maradei por haber rescatado al Periódico Don Quijote y continuar con tan loable trabajo.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir esta muestra para todos aquellos que no pudimos apreciarla de manera presencial. Las ilustraciones son excelentes y parece cierto que la historia va en círculos.
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